Boarding House Reach - Jack White (2018)


  Parece mentira que hayan pasado 4 años ya desde que el álbum Lazareto saliera a la luz (y ni hablar de White Stripes y The Racounters),y a pesar de todo lo que pasó en la industria en todo este tiempo, es magnífico ver como un músico sigue manteniendo su esencia e ideales por tantos años, experimentando con cosas nuevas por supuesto, pero jamás abandonando su estilo. Aunque hay que tener cuidado, pues mantenerse auténtico no es sinónimo de mantener la calidad musical, por eso, en esta reseña vamos a ver si ese es el caso del último trabajo de Jack White, Boarding House Reach.


  Como idea general, el álbum es… raro. Se nota que Jack quiso tomarse todas las libertades creativas para experimentar y este “laboratorio” que montó vuelve inconsistentes algunas canciones. Es por eso que “connected by love” es un inicio tan extraño ya que no se siente como si la canción fuese a algún sitio. Quiere explotar, pero no lo consigue. Quiere llegar a un clímax, pero tampoco lo consigue. Y aunque logra cierto nivel en la parte instrumental con el órgano y la guitarra haciendo solos, no logra (irónicamente) conectar con el oyente.

  Saltándonos “Why Walk a Dog”, nos topamos con “Corporation”, La primera canción movida del álbum. El efecto de voz y la letra de forma recitada recuerdan un poco al Beck de los primeros años. Pero las líricas empiezan recién en el minuto 3, después de una introducción que peca de repetitiva, con tantos sonidos y efectos que termina por saturar. la letra es buena y crítica, pero para esa altura de la canción el daño ya estaba hecho.



  Puedo decir entonces, sin temor a equivocarme, que lo mejor llega a la mitad del disco con “Ice Zebra Station” y “Over and Over and Over”, 2 canciones que funcionan excelentemente bien:

  Por un lado “Ice Zebra Station” hipnotiza con su ritmo en constante cambio, porque a diferencia de todo lo anterior escuchado en el álbum, cada parte de esta está bien definida a tal punto que llama la atención del oyente por su inicio, cautiva por su vaivén de climas y satisface por su genial ejecución.

  Por el otro llegamos a “Over and Over and Over”, canción que hace honor a su nombre repitiendo el mismo riff en toda su duración. La reiteración constante de su armonía y esos coros “gospel” que nada tienen que ver con el estilo del tema, muy lejos de hacerlo sonar raro, combinan perfectamente para dar paso a una pieza de hard-rock mezclado con new wave sublime.


  Llegamos luego a 3 canciones que nos dejan un tanto desconcertados: "Respect Commander", "Ezmeralda Steals the Show" y "Get in the Mind Shaft". Este compendio de temas vuelven a dejar mal parado al álbum, ya que nos deja en presencia de los problemas que habían aparecido al principio del mismo con esa falta de empuje y estructura, dejando así una escucha con más cuestiones que certezas. Nota: personalmente no entiendo la decisión de añadir esta parte al disco, ya que no creo que aporten demasiado al disfrute del mismo. Es por eso que preferí hablar de ellas en un solo párrafo, pero como dije, esto es personal.

  Hey! pero no todo está perdido, por qué grata fue mi sorpresa al llegar casi al final del recorrido y encontrarme con "What´s Done is Done". Es claramente una de las más sólidas y fervientes pruebas de que cuando un músico vuelve a sus raíces poniéndole tanto amor a lo que toca, puede lograr algo realmente bueno. Ojo, no estoy diciendo que sea la mejor canción que haya escrito Jack White, pero funciona bastante bien. Es corta, concisa y simple, pero con ese aire de blues tan sincero, que pareciera que le sale del corazón.



  Y por ultimo, pero no menos importante, "Humoresque", música por Jack White ,y letra y melodía de Al Capone. Si, Al Capone. En sus días en Alcatraz, allá por los años 30', El jefe mafioso escribió la letra y la melodía para una canción llamada "Humoresque" en un manuscrito, el cual fue subastada hace ya un tiempo. Una frase de dicho escrito contenía: “Emocionas y llenas mi corazón de alegría como una dulce sinfonía; flotas suavemente en el aire y en mi alma creas una melodía”. Algunos ya le habían querido poner música y arreglos a esta obra de Al Capone, pero esta vez vemos una versión que pega muy bien con la letra escrita y la melodía, haciendo que no parezcan de 2 autores diferentes, sino que lo unifica. Ese ritmo lento, el piano, los efectos de voz, los metales de la batería y algunos dejos de jazz crean la estética ideal para representar estas líricas. Ha sido, sin duda, de las cosas que más me gustaron de todo el trabajo.


  A manera de conclusión podemos decir que es un álbum con muchos elementos... tal vez demasiados. Y no me mal interpreten, está bien que un artista haga lo que quiere e innovar, pero solo eso no hace que el resultado sea mejor. Lo que se escucha al final es un disco con algunos destellos de genialidad y buenas ideas, pero que termina sobrecargado de sonidos, lo cual lo hace poco amigable para escuchar completo de principio a fin.

  Puede que oír las canciones más sólidas por separado sea la mejor opción en este caso, aunque esto es tan solo una apreciación personal y cada uno tiene la decisión de escucharlo como quiera.

  Muchas gracias por leer!

Cejitas - Cámara clave

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